miércoles, 3 de febrero de 2010




Se volvió triste y pesadamente. A su espalda quedaba tan solo un ápice del pasado, de un pasado doloroso y penetrante, de esos que se hienden en el fondo del corazón aferrándose al mínimo resquicio de la luz de la esperanza para recordarte que, al mínimo descuido de tu entereza, te inundará sutilmente de recuerdos y pensamientos, vivos antaño, amargos ahora con el devenir del tiempo y sus maldades.

Echó a andar como aquel que sabe que se dirige a su final, al paredón donde, apoyado en el muro con pesar, resentimiento y tristeza, tu vida pasa como un suspiro frente a ti, con la calidez del hielo, mientras la serenidad del que ve la muerte ante sus ojos te llena hasta que se oye el disparo. Un sonido estremecedor que resuena en las paredes de las calles vacías de tu mente, de tu mundo, y en un segundo sientes como el frío metal atraviea tu corazón dejando escapar todo lo que has guardado en él: tu vida.

Ahora ya sólo queda el silencio.

El viento le acariciaba la cara con la suavidad de un ángel, susurrándole palabras imposibles y verdades de esas que nadie está dispuesto a escuchar, y mucho menos a aceptar, por muy reales que sean. Dos lágrimas puras como perlas nacieron en sus ojos deslizándose hasta la barbilla, para saltar al abismo del mundano suelo, llevándose a su paso algo que había tenido, y seguía teniendo, incrustrado en su ser, en lo profundo de su pobre alma herrante, algo que, tarde o temprano y muy a su pesar, se terminaría convirtiendo en cenizas mecidas por el viento hasta el horizonte de todo aquello que se aleja, y no sabes nunca si por un tiempo, o para siempre.

La luz de la Luna le arropó mientras se sumergía en la oscuridad profunda de la noche, de sus pensamientos, de todo lo vivido y sentido; hasta que desapareció en las sombras del tiempo y del dolor, huyendo de la realidad deplorable en la que estaba inmerso, desapareciendo del mundo mediocre que le rodeaba, rompiendo con la pizca de cordura que nos hace ser quienes somos.

Volviendo a eso que llaman escribir..

Sam..